…producir la justicia —dije— ¿no es establecer entre las partes del alma la subordinación que la naturaleza ha querido que haya; y producir la injusticia es dar a una parte sobre las otras un imperio que es contra la naturaleza?
Quizá haya en el cielo un modelo para los que quieran mirarlo y fundar a su imagen su ciudad interior.
La vida de Platón (427-347 a.C.) se desarrolla en un período de cambios sociales, políticos y culturales, no sólo en Atenas, su ciudad natal, sino en todaGrecia. Aproximadamente desde el año 600 a.C. el comercio entre los griegos y otros pueblos del Mediterráneo se había ido incrementando. Un resultado de estos contactos fue una mayor conciencia de la existencia de otros sistemas sociales y formas de vida.
Esta percepción motivó dos tendencias, contra las que reaccionó Platón. La primera de estas tendencias consistió en poner en duda la validez de las costumbres y formas de vida griegas. La segunda —relacionada con la anterior— fue una tendencia relativista hacia los estándares éticos, la religión politeísta griega, y muchas otras creencias. Este relativismo sostenía que lo que cada individuo o sociedad creía era verdadero para ese individuo o sociedad. Negaba que cualquier creencia fuera verdadera o falsa objetivamente, con independencia de quien la sostuviera. En tal visión, no tendría sentido tratar de preguntar cuál de dos creencias aparentemente opuestas es la correcta. Cada creencia sería correcta para la persona que la sostuviera, y falsa para quien la rechazara. Más allá de eso no existía ningún hecho objetivo. Todos los hechos serían relativos a la persona o personas que los sostuvieran.
Este punto de vista relativista a menudo se asocia con los llamados sofistas en general, pero el primero en proponerlo fue el sofista llamado Protágoras (481?-411? a.C.). El famoso eslogan de Protágoras "el hombre es la media de todas las cosas" fue interpretado por Platón como una expresión de relativismo, de manera que Protágoras se convirtió en uno de sus principales oponentes. Platón también se oponía a la doctrina del hedonismo —la tesisque sostiene que el bien consiste en el placer— porque le parecía que implicaba un punto de vista relativista, pues cada persona aprobaría la actividad que le diera placer a ella.
Los sofistas eran un grupo variado y no organizado de profesores y pensadores que viajaban de un lugar a otro en Grecia, especialmente después del 450 a.C., ofreciendo conferencias y lecciones sobre todo tipo de materias, desde la lucha y la retórica política hasta lo que hoy en día llamamos filosofía. Atenas era su principal centro de actividad. Tenían mucha demanda como maestros, e incluso como celebridades, aunque la gente más conservadora de Atenas los veían como una amenaza al orden social y a la tradición. Muchos sofistas eran activamente buscados como asesores sobre cómo ganar casos en la corte, pronunciado defensas elocuentes. Un sofista llamado Gorgias (485?-380?) ofrecía enseñar a cualquiera que le pagara la suma apropiada a hablar convincentemente sobre cualquier asunto. Aunque no todos los sofistas eran relativistas, esta clase de actividad, junto con la máxima de Protágoras como la interpretaba Platón, se combinaban para dar a todos los sofistas la reputación de ser unos astutos embusteros que no creían en valores objetivos, y que abusaban del lenguaje para manipular a otros y obtener beneficios.
El maestro de Platón, Sócrates (470-399) era llamado algunas veces sofista, pero Platón lo presenta de una manera completamente diferente a los sofistas. Sócrates a menudo insistía en lo difícil que es para cualquiera alcanzar conocimiento de la verdad sobre diferentes problemas, especialmente las relativas a la ética. Sócrates era un hombre extraordinario más que un filósofo dogmático. Él nunca abandonó la convicción de que existe una verdad objetiva, incluso sobre cuestiones éticas muy controversiales. Algunas creencias, sostenía Sócrates, son objetivamente verdaderas y otras son objetivamente falsas. Su misión filosófica era descubrir cuáles eran cuáles. Como los sofistas, sin embargo, Sócrates a menudo ofendía a los tradicionalistas de Atenas. De hecho, fue condenado a muerte en el 399 bajo los cargos de impiedad y de corromper a la juventud ateniense con sus ideas.
Sócrates influyó grandemente en Platón, no por sus escritos (pues no escribió nada), sino por relación personal, y también por la forma inteligente y valiente en la que se defendió de los cargos en su contra y en su muerte, la cual describe Platón en su Apología de Sócrates, Critón y Fedón. Estas experiencias, reforzadas por su fracaso en persuadir al dictador de la ciudad siciliana de Siracusa de aceptar sus ideas éticas y políticas, dejaron a Platón desilusionado con la actividad política, y lo impulsaron a llevar una vida dedicada a la reflexión filosófica, aunque siempre con implicaciones prácticas. Entre el 387 y el 367, fundó una escuela en el distrito de Atenas conocido como la Academia. Esa escuela perduró por más de 800 años.
Platón presenta la forma de pensar de Sócrates con sus propias palabras, la mayoría en forma de diálogos en los cuales Sócrates es el personaje principal. Algunos de estos diálogos son conducidos como la búsqueda de la definición de conceptos éticos importantes. Así, el Cármides trata sobre la templanza; el Laques sobre la valentía, y el Eutifrón sobre la piedad. Estos trabajos probablemente reflejaban el estilo conversacional de la filosofía que Sócrates practicaba, especialmente porque en ellos se alcanzan unas pocas conclusiones firmes, y se limitan a explorar los problemas y los desacuerdos que se dan en filosofía. Sin embargo, en otros trabajos, aunque Sócrates a menudo aparece en ellos como un personaje, Platón es quien propone sus propias ideas. En el Simposio y en el Fedro, discute sobre el amor. En el Gorgias investiga varias cuestiones éticas y ataca vigorosamente el hedonismo. El Teeteto trata sobre cuestiones de conocimiento, y El Sofista aborda los problemas sobre la noción del ser. El Timeo presenta una visión de laestructura del universo.
La República, el trabajo más conocido de Platón, explora el concepto de la justicia, haciendo comparaciones entre la sociedad humana y el alma o lapersonalidad. En contraste con los relativistas como Protágoras, Platón cree que existe una respuesta objetivamente correcta a preguntas como "¿Qué es la justicia?", y creencias objetivamente correctas sobre qué tipo de personalidad, instituciones y acciones son justas. Él también sostiene —y así lo argumenta en La República— que entre todas las virtudes que una persona puede tener, la justicia es la más importante, especialmente porque trae felicidad para la persona justa, quien es mucho más feliz que la injusta.
La justicia en cualquier cosa, según Platón, es una clase especial de balance, orden o armonía entre sus componentes. En una persona individual, esta armonía es establecida y gobernada por la razón, y en una comunidad política la justicia es mantenida por los gobernantes filósofos. En un alma o personalidad justa, la armonía se mantiene a pesar de los múltiples deseos por distintas cosas. Platón divide estos deseos en tres grupos: (1) el deseo de la razón de conocimiento y orden; (2) el deseo del "espíritu" (thymos) de defensa propia; y (3) los apetitos corporales. En una comunidad política justa —Platón se centra en la ciudad estado o polis en que típicamente se organizaban los griegos— la armonía se mantiene entre las tres clases principales de personas: (1) los gobernantes filósofos; (2) los militares; (3) los artesanos y agricultores. Dentro de tal sociedad cada individuo tiene su propio rol o función naturalmente establecido, que sirve para mantener la estabilidad y la unidad de la comunidad. En un nivel personal, análogamente, cada deseo, en tanto que esté gobernando por la razón, tiene una función dentro del conjunto de la vida del individuo.
La idea de la corrección objetiva entra en la doctrina de Platón en su visión de que la justicia no es establecida por convención, o simplemente por lasleyes o costumbres que de hecho se observan en un lugar o en otro. Más bien, sostiene Platón, la justicia consiste en un cierto tipo de orden o armonía entre los grupos en una sociedad, aun cuando esta armonía sólo sea imperfectamente ejemplificada en las sociedades actuales del mundo. Análogamente, Platón también sostiene que la justicia individual consiste en una clase particular de balance dirigido por la razón entre los deseos —y la satisfacción de los deseos— de cada persona, aun cuando diferentes sociedades puedan considerar distintos tipos de comportamiento como justos. Más aún, Platón sostiene que el individuo que es justo de esta manera también es el más feliz, y, análogamente, que la sociedad más justa es la más feliz. Estos dos factores se sostienen objetivamente —argumenta Platón contra los relativistas—, y no son dependientes de los deseos, preferencias o gustos que un individuo puedan tener, o que una sociedad pueda aprobar.
Platón intenta proporcionar una base para estas tesis con su teoría de las "formas" o "ideas". Estas entidades, según Platón, no existen en la mente de un individuo ni en el espacio y el tiempo, pero son accesibles al sabio que obra con independencia de los sentidos y de sus gustos personales.
Platón sostiene que la naturaleza y la estructura de estas entidades —que incluyen la forma de la Justicia y la forma del Bien— determinan los hechos objetivos que existen para ser conocidos. Parece que Platón obtuvo este esquema de las matemáticas, especialmente de la geometría. Por ejemplo, una figura dibujada en la arena sería un círculo, dice Platón, en la medida en que ejemplifique la forma del Círculo, que es un patrón ideal de la circularidad (fuera de la mente y del espacio y el tiempo). Platón usa esta analogía para discutir todos los conceptos, incluyendo los de virtud, justicia y felicidad. Los hechos sobre el mundo sensible —tales como qué individuos o comunidades son justos o injustos— se determinan por comparación con las formas del mundo suprasensible. La perfecta comprensión de este esquema (que Platón, por otra parte, no pretende presentar por completo en La República o en ningún otro escrito) es la meta de la educación de los gobernantes en la ciudad-estado ideal de Platón. El último fin es la comprensión del Bien (que Platón se niega a identificar con el placer).
La comprensión del Bien, sostiene Platón, permitirá a los gobernantes filósofos organizar su comunidad de manera que ella y sus habitantes sean virtuosos y felices.
Dr. Moris Polanco en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Francisco Marroquín.
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